Cuándo cambiar las viejas ventanas. Deterioros, ruidos y consumo excesivo

Una de las inversiones más rentables en un hogar es la sustitución de viejas carpinterías por modernas ventanas de PVC. Y es que ya en el corto plazo, desde el primer momento, esta decisión va a redundar en un gran aumento del confort, el ahorro y la seguridad del hogar y sus ocupantes.

Somos conscientes de que, en el momento actual, muchas familias prefieren posponer la decisión de llevar a cabo una inversión como ésta. Sin embargo, también es un momento ideal para empezar a ahorrar. Y eso es algo que podemos conseguir rápidamente, desde el primer mes, por la notable reducción del gasto energético en calefacción y en aire acondicionado.

Además, cuanto más tarde se afronte una reforma necesaria más graves van a hacerse los problemas que realmente son los que motivan esta sustitución de las viejas ventanas por un sistema con y mayores prestaciones y rendimiento.

Por eso, hoy os presentamos una serie de trucos para determinar cuándo es el mejor momento para cambiar tus viejas ventanas.

 

Las hojas de la ventana no cierran correctamente en el marco

Golpes, impactos, desajustes de las hojas, desperfectos en los herrajes... Con el tiempo, las ventanas, sujetas a desgaste, pueden ir sufriendo deterioros que afectan a la forma en que quedan cerradas.

Es muy importante que las ventanas cierren de la forma más hermética posible, impidiendo la entrada de agua y aire del exterior, con la consiguiente transferencia de frío, calor y ruidos.

Si las hojas de tus ventanas ya no funcionan correctamente y no procuran un cierre hermético, es el momento de instalar unas nuevas y útiles ventanas de PVC.

 

A través de las ventanas se oyen silbidos

Otro de los problemas que suelen ir dándose, sobre todo en viejas ventanas con herrajes muy simples -nada que ver con los modernos herrajes perimetrales-, es que mientras estamos en silencio podemos oír cómo el aire se cuela por algún resquicio, ocasionando molestos silbidos y soplidos. Además de la pérdida de temperatura, confort térmico y eficiencia.

Si una ventana nueva se oyen silbidos, la causa más probable es que el herraje no esté bien ajustado. El profesional instalador deberá acudir a revisar que todo ha quedado correctamente montado y dispuesto para ofrecer todas sus prestaciones.

Cuando este problema se localiza en una ventana vieja, las posibilidades de solucionarlo son escasas. La mejor opción es cambiarla por una ventana de PVC nueva y de calidad.

 

Los dos lados del acristalamiento están a la misma temperatura

La función del acristalamiento es permitir la entrada de luz dentro del hogar minimizando la transmisión de frío y calor. Por lo tanto, cuando en el exterior haga frío, el interior debería estar más caliente. Y cuando en el exterior haga un calor excesivo, en el interior deberá mantenerse más templado.

Por lo tanto, una forma sencilla de comprobar si esto se está produciendo es tocar con una mano el exterior del acristalamiento y con la otra la parte interior. Si ambos lados están a la misma temperatura, el acristalamiento no es bueno y es momento de cambiar a unas nuevas ventanas.

 

Las ventanas no nos aíslan de los ruidos del exterior

Los ruidos no sólo son incómodos, sino que incluso pueden causar numerosos problemas de salud.

Si nuestras ventanas no son capaces de aislarnos de los ruidos del exterior, es una señal inequívoca de que es necesario emplear alguno de los nuevos sistemas de ventanas, preferiblemente de PVC con unos buenos cristales acústicos. La diferencia es abismal. Nuestros clientes son testigos.

 

Pagamos unas facturas muy elevadas por la calefacción o la refrigeración

Finalmente, hay ocasiones en las que, aparentemente, las ventanas no tienen ningún problema evidente o perceptible a simple vista. Sin embargo, está ocurriendo un problema indirecto. Las facturas de calefacción o refrigeración a pagar cada mes se disparan, debido a que tenemos que mantener cualquiera de estos sistemas encendidos la mayor parte del día. Incluso, en casos graves a pesar de un elevadísimo consumo de calefacción o refrigeración no se consigue alcanzar el nivel de confort y de bienestar mínimo que merecemos, pasando siempre frío o calor en nuestro hogar.

En este caso, no estamos ante un deterioro, sino ante un problema estructural: nuestras ventanas simplemente no están siendo capaces de ofrecer el rendimiento esperado. Por su escaso grosor, por carecer de un sistema para romper el puente térmico, por la escasa calidad del acristalamiento, por el deficiente herraje... Simplemente, estas ventanas ya no sirven.

Es el momento de optar por unas ventanas de alta innovación, unas ventanas de PVC de calidad certificada y contrastada. Unas ventanas como Ecoven plus.



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