Cómo ahorrar con ventanas de PVC. Eficiencia, ahorro y confort

En los tiempos inciertos que nos toca vivir, cada vez más, el ahorro se convierte en una de las principales preocupaciones y necesidades de las familias. Tal vez en otros momentos se gastaba sin control y preocupaciones... Pero hoy, cada euro invertido, cada producto adquirido, se mira con detenimiento y se estudia si compensa o no realizar la inversión.

No cabe duda que cambiar las ventanas de un hogar implica un coste. Pero, como todo coste, lleva también aparejados unos beneficios.

En función de si el valor, el beneficio que recibimos, es mayor o menor que el coste que estamos pagando, renovar las ventanas puede ser una inversión o una pérdida.

Con este post queremos explicaros por qué cambiar las viejas ventanas de tu hogar por unas ventanas de PVC Ecoven plus, tanto s70 como s82, es invertir en ti y en el bienestar de tu familia. ¡Comenzamos!

 

Hasta un 30% del consumo de calefacción y refrigeración se pierde por las viejas ventanas

Se considera que hasta el 30% de electricidad de un hogar corresponde a las pérdidas de temperatura a través de las viejas ventanas.

Ventanas de madera desajustadas, ventanas correderas nada herméticas, ventanas con un cristal simple sin cámaras, ventanas de aluminio estrechas y sin rotura de puente térmico, ventanas metálicas de otro tipo... Sistemas obsoletos nada aislantes y, por tanto, nada eficientes.

Por este tipo de ventanas, el calor y el frío pasan libremente del interior al exterior del hogar, haciendo necesario mantener siempre encendida la calefacción o el aire acondicionado para, además, no disfrutar del mínimo confort, porque nunca se consigue mantener una temperatura óptima.

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Las actuales ventanas de PVC, sin embargo, reúnen múltiples condiciones ventajosas para evitar este problema. Están especialmente diseñadas, con perfiles de un grosor muy considerable y múltiples cámaras de aire interiores para dificultar la transmisión de frío y calor del exterior al interior. Además, equipan acristalamientos dobles o triples, adecuados a cada necesidad concreta. Además, se fabrican mediante el soldado de sus esquinas en vez de atornillarlas, impidiendo de este modo por completo cualquier entrada de aire.

De esta manera, se reduce de una manera drástica la factura mensual de calefacción y aire acondicionado. Un gran ahorro indirecto.

 

Ventanas de PVC, altas prestaciones con un menor coste

Las ventanas de PVC son, en términos generales, una opción menos costosa que las ventanas de aluminio.

Como material, el aluminio tiene un precio mayor que el PVC, siendo menos aislante. Por lo tanto, una ventana de aluminio tendrá un precio mayor que una de PVC con las mismas prestaciones. Y si una ventana de aluminio y una ventana de PVC tienen el mismo precio, esta última ofrecerá una eficiencia y un aislamiento térmico y acústico muy superiores.

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Hay muchos modelos y marcas de ventanas de uno y otro material pero, por ofrecer una cifra realista, una ventana de aluminio RPT de 70 mm de profundidad puede tener un precio un 30% mayor -o incluso más- que el de una ventana de PVC de la misma profundidad y mismas prestaciones.

Por lo tanto, la inversión necesaria para comprar una ventana de PVC de la mejor calidad es inferior a la de una ventana de aluminio, con el consiguiente ahorro directo.

 

Testimonios reales: nuestros clientes cuentan su experiencia

Nada tiene más valor que un caso real, contado en primera persona por su protagonista. Por ello, aquí os dejamos algunos ejemplos muy ilustrativos:

Ahora pago una cuarta parte de lo que pagaba antes. En los meses más fuertes, en el piso anterior me han llegado facturas del gas de 500 euros por dos meses. Cuando cambié la caldera la cosa mejoró, pero aún así podía pagar 400 euros por los dos meses. Ahora no pago más de 100. El sistema de calefacción es radiante. Pongo el termostato a unos 18º pero se mantiene a 21º con un coste muy reducido.

 

 A nivel económico hay un gran ahorro. Se nota muy poco gasto. Y es que realmente usamos muy poco la calefacción y el aire acondicionado. Por ejemplo, el verano pasado hubo días de mucho calor, hasta 43º, y sí que pusimos el aire acondicionado pero en algunos momentos muy puntuales. No hemos gastado nada. En el anterior piso que vivíamos, recuerdo facturas de a lo mejor 300 euros. En un piso de 80 m2. Claro, ahí se iba todo el calor por las ventanas viejas, por las paredes…

 

Hace años elegimos unas ventanas de aluminio para nuestra casa, por lo que sí teníamos experiencia y sabíamos lo bueno y lo malo de las ventanas de aluminio. Cómo cierran, qué grosor tienen, cómo se comportan con las temperaturas y los ruidos… Pero vimos que en este momento la mejor opción para nuestra casa eran las ventanas de PVC Ecoven plus. Hay una gran diferencia en cómo cierran, cómo aíslan, cómo ajustan… Y estamos convencidos de que hemos acertado.

 

La temperatura en casa siempre es buena y a un coste muy bajo. Al poner la calefacción en invierno se calienta muy rápido y con un gasto muy reducido. Más o menos, he tenido puesta la calefacción de octubre a marzo a una temperatura de 21º. En ese tiempo he consumido un depósito de gasoil de 800 litros. Más o menos unos 4 litros de gasoil diarios. Eso no es nada teniendo en cuenta que no estamos hablando de un chalet pequeño, sino de una casa con una planta de 300 m2. Y, para el verano, ni siquiera tengo aire acondicionado.

 



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